Ayer y de corre prisas, escribí la carta a los reyes magos, pero creo que no les ha llegado porque me han dejado una maquina de hacer tabaco y tabaco de liar, un masaje y una chaqueta que me hacia falta. Han sido muy generosos con lo malo que he sido. Yo esperaba carbón.
Pero el regalo mas grande que me han dejado es la sonrisa de mis hijas al abrir los juguetes que le han dejado bajo del árbol de casa, en casa de la abuela Guadalupe, en casa del Tío Francis y creo que en casa del abuelo y la abuela Carmen. Esa emoción, la risa sincera, la mirada con los ojos abiertos como lunas dando gratitud, es lo más grande que me ha pasado desde hace mucho tiempo, porque desde hace 2 años no he disfrutado de esta manera con mis hijas debido a mi trabajo en Albacete.
Esa emoción que tenían anoche, que se levantaron varias veces a ver si habían venido los reyes y les habían dejado los regalos, para comprobar si mama había dejado unos zapatos bien grandes, a hacer pipi. El caso es que casi toda la noche han buscado la escusa para ver a los REYES MAGICOS.
Verla a una con la indumentaria de enfermera "La enfermera Ana, con su cofia, sus escuchas, sus gafas, su identificación y con ganas de que todos participásemos de su nueva aventura, nos ha tenido toda la mañana enfermos.
Maria que es muy cocinica le han traído una cocina de plástico, que para montarla hace falta un ingeniero, por la cantidad de detalles y planos que trae. Me recuerda a los muebles del IKEA. Cuando estaba montada lo primero que ha hecho es cocinarme una sopa y me ha traído mi plato, mi cuchara y el cazo donde ha guisado la sopa.
Yo, no he podido contribuir con los reyes magos para hacer regalos a mi familia, porque dependo de todo para todo y mi situación es la que es, pero he de conformarme y pensar que todo va a cambiar, porque todo va a cambiar.
Hoy me voy a pasar casi todo el día jugando y ayudándoles a descubrir las sorpresas que los reyes les han traído a mis princesas.
Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
Espero que a todos os hayan echado muchas cosas los reyes.
Pero el regalo mas grande que me han dejado es la sonrisa de mis hijas al abrir los juguetes que le han dejado bajo del árbol de casa, en casa de la abuela Guadalupe, en casa del Tío Francis y creo que en casa del abuelo y la abuela Carmen. Esa emoción, la risa sincera, la mirada con los ojos abiertos como lunas dando gratitud, es lo más grande que me ha pasado desde hace mucho tiempo, porque desde hace 2 años no he disfrutado de esta manera con mis hijas debido a mi trabajo en Albacete.
Esa emoción que tenían anoche, que se levantaron varias veces a ver si habían venido los reyes y les habían dejado los regalos, para comprobar si mama había dejado unos zapatos bien grandes, a hacer pipi. El caso es que casi toda la noche han buscado la escusa para ver a los REYES MAGICOS.
Verla a una con la indumentaria de enfermera "La enfermera Ana, con su cofia, sus escuchas, sus gafas, su identificación y con ganas de que todos participásemos de su nueva aventura, nos ha tenido toda la mañana enfermos.
Maria que es muy cocinica le han traído una cocina de plástico, que para montarla hace falta un ingeniero, por la cantidad de detalles y planos que trae. Me recuerda a los muebles del IKEA. Cuando estaba montada lo primero que ha hecho es cocinarme una sopa y me ha traído mi plato, mi cuchara y el cazo donde ha guisado la sopa.
Yo, no he podido contribuir con los reyes magos para hacer regalos a mi familia, porque dependo de todo para todo y mi situación es la que es, pero he de conformarme y pensar que todo va a cambiar, porque todo va a cambiar.
Hoy me voy a pasar casi todo el día jugando y ayudándoles a descubrir las sorpresas que los reyes les han traído a mis princesas.
Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
Espero que a todos os hayan echado muchas cosas los reyes.
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